3 Claves para Comprender la Doma Natural

Cohesión, sincronización y motivación

Por Celeste

La doma natural ha ganado popularidad en los últimos años gracias al avance en el conocimiento del comportamiento animal, el creciente interés por el bienestar equino y nuestro deseo de fortalecer la relación con nuestros caballos. Más que una técnica, es un enfoque de entrenamiento basada en el respeto, la comunicación y la comprensión mutua.

En este enfoque, el jinete no impone su voluntad mediante la fuerza o el castigo, sino que establece una relación de confianza a través de una comunicación clara y coherente. Para lograrlo, es fundamental comprender cómo se expresa el caballo mediante su lenguaje corporal y responder de manera apropiada a sus señales.

Desde una perspectiva evolutiva, los caballos son animales de presa y su supervivencia ha dependido de tres pilares esenciales: cohesión, sincronización y motivación.

Cohesión : En la naturaleza, los caballos viven en grupos organizados llamados bandas. Su instinto les lleva a buscar seguridad en la unión con otros. Para que un caballo nos acepte como compañero, debemos generar ese mismo sentido de pertenencia y confianza.

Sincronización : La armonía dentro del grupo es clave para su supervivencia. Ya sea al huir de un peligro o al realizar sus actividades diarias, los caballos se mueven de forma coordinada. Al entrenar, la sincronización entre jinete y caballo es esencial para lograr una comunicación efectiva y fluida.

Motivación : Todo comportamiento equino está impulsado por un motivo: la búsqueda de alimentos, la seguridad, la reproducción o la comodidad. Entender qué motiva a un caballo nos permite orientar su aprendizaje sin recurrir a métodos coercitivos.

Cuando aplicamos la doma natural desde estos tres principios, dejamos de ser simples entrenadores y nos convertimos en verdaderos compañeros para nuestros caballos. Construimos una relación basada en la confianza, donde el caballo no solo obedece, sino que colabora con nosotros porque se siente seguro, entendido y motivado.

Después de todo, si queremos que un caballo nos siga, primero debemos darle razones para querer hacerlo.